Brandon Flowers, qué guapo eres

A estas alturas del verano, ya todos sabéis que The Killers sacan nuevo disco en octubre. Y a estas alturas de vida de este blog, sé que muchos de vosotros pensaréis: ¿y a mí qué me importa? Vale, sé que muchas veces la caspa me posee y que no es políticamente correcto hablar bien de The Killers. Pero, como defensor de lo indefendible, hoy voy a romper una lanza en favor de esta banda de Las Vegas, que, a pesar de ser mediocre y hortera, ha conseguido hacernos saltar en todos los garitos gracias a singles irrefutables (Somebody told me) y que tiene de cabeza visible a uno de los cantantes más guapos del momento, Brandon Flowers. Una imagen vale más que mil palabras:

Porque, no podemos negarlo, The Killers, con otro vocalista, sería una puñetera mierda. Flowers tiene actitud, canta bien, viste bien y es un bombón. ¿Se puede pedir más? Sí, los rumores sobre su identidad sexual. ¡Ja! ¡Como si alguno de nosotros pudiera tener la fortuna catarlo! Los más filogays han encontrado en algunas de las letras de The Killers un motivo más para adorarlos, los menos activistas, pero con la misma cantidad de hormonas, sólo tienen que ver a Brandon en sus vídeos para hacerse fanes. Por no hablar de los estilismos: hay que ver lo bien que viste este chico. Pero que no, que no es marica ni bisex. Está felizmente casado y es mormón. Y aunque fuma y bebe como un cosaco, su fraternidad mormona no es estricta con él porque sabe lo dura que es la vida de la estrella del rock.

Lo mejor de todo es que los proclaman herederos del synthpop ochentero para las teen-masas, léase Duran Duran o Spandau Ballet... ¡con lo que a mí me gusta! ¡Si es que todos son ventajas! Pues sí, suenan un poco a eso, a Spandau, con sonido más actual, guitarras más obvias y canciones muy pegadizas. Hot Fuss, su primer disco, tenía auténticas perlas carne de radiofórmula (Mr. Brightside) y vaya si lo fueron, aunque, si se escucha entero y con perspectiva, hay que admitir que el disco se quedó un poco en agua de borrajas. En fin, todo un bluff comercial, disfrazado de rocanrol auténtico, que resultaría infumable sin la personalidad (y bellecismo) del desde ya imprescindible en nuestro santoral pop, Brandon Flowers.

El adelanto del segundo largo de la banda, Sam’s Town, que sale el 2 de octubre, es una bonita canción épica (When you were young), donde no faltan los recursos de fácil digestión (y emoción) pop... ¡esos violinismos! A pesar de que se pega, huele tanto a truñismo que no sé yo si llegará a pegar tanto como los singles de Hot Fuss. El vídeo, lamentablemente, no nos interesa en absoluto: historia de amor de leyenda, en pleno país guacanito sin determinar, donde Lourdes María se ve ultrajada por el casamiento de Wilfredo Enríquez con Jessica Francisca y, claro, las pasiones, los celos y los papitismos encontrados llevan a la irremediable tragedia. Lo único salvable es, otra vez, Brandon, que, a pesar de estar caracterizado como un seudoguanche, está sepsi y guapísimo. ¡Brandon, independízate y sé la Beyoncé del rocanrol que el mundo necesita!

La pregunta que cabe plantearse ahora es... ¿cuándo dejaré de ser un mitómano descerebrado?