¡¡¡Con tus manitas!!!

Sois muchos (bueno, es mentira, pero da igual) los que me habéis preguntado sobre cómo hacer las famosas camisetas caseras. O porque tenemos mucho tiempo, o porque tenemos poco dinero, o porque nunca encontramos el dibujo y/o frase q nos gustaría llevar plasmado en el pechito, lo de hacerte tus propias camisetas es una solución perfecta y divertida. Es superfácil. Mi técnica no es que sea muy profesional precisamente, pero hace un apaño. Ahí va.




Necesitaremos:
• Una camiseta guapa (viva el H&M! y viva, si tenemos paciencia para la cola, el Zara Lefties!)
• Acetatos (en las papelerías los venden ya cortados en a4, un tamaño un poco peque, pero bueno para empezar).
• Un cutter bueno (recomiendo esos q tienen pinta de ser de cirujano, con mucha punta, para poder hacer bien las curvas).
• Pintura para telas: venden unos botecitos pequeños ("Setacolor" se llaman) en las tiendas de Bellas Artes la mar de majos.
• Una plancha.

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Paso 1: hacer la plantilla. Vale, tenemos que hacer algún diseño que no tenga islas: me explico. Si recortamos en el acetato, por ejemplo, dos círculos concéntricos, el del centro se nos va a caer... a menos que le hagamos una pequeña línea que los una a modo de puentecito. Bien, pues tenemos que hacer puetecitos cada vez que tengamos islas. O pasar de esa parte del dibujo.

Lo mismo ocurre con las tipografías: el ojal de la "a", la "o", la "d"... al recortar, se nos caerán: entonces, podemos, o bien ignorarlo y nos queda una tipo sin ojal tan chula y tan moderna, o emplear una fuente stencil, que son estas tipo "guerra" que llevan los puentecitos de los que hablabamos.

Si todo esto no os ha quedado muy claro, os recomiendo meteros en páginas de grafiteros, como Stencilrevolution.com (ésta tiene unos tutoriales muy interesantes). La técnica que usan, de plantillas, es básicamente igual.

Con la imagen ya tratada y arreglada para que no tenga islas, la imprimimos. La ponemos de plantilla debajo del acetato uniéndola con celo y comenzamos a recortar el acetato con el cutter: con bastante fuerza y un poco de paciencia. Este es el paso más duro, ¡aviso!



Paso 2: listos para estampar. Sujetamos la plantilla lo más fija posible a la camiseta bien estirada (yo uso celos: cutre pero efectivo). Echamos un poco de pintura en una bandejita y la removemos. Para pintar podemos hacer estarcido (dar golpes desde arriba con un pincel de brocha gorda) o usar un rodillo. Con este último queda mucho mejor, aunque tenemos que comprarlo, claro.

Paso 3: acabar la faena. Hay que ser un poco pacientes y esperar a que seque bien la tinta. Con 24 horas basta y sobra. Para terminar, hay que planchar la pintura para que la tinta se fije bien. Poned un trapo o la plancha quedará hecha un cisco. Con este tipo de pinturas, y una vez planchado, se supone que las prendas pueden lavarse hasta a 40º.



Mariete, más guapo que un San Luis, con su camiseta de Maraya.

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Ventajas y desventajas de este sistema: lo bueno es que una vez hecha la plantilla puedes usarla varias veces, así que si el diseño te queda chulo, todos tus amigos te pedirán una (bien pensado, no sé yo si esto es una ventaja...). Lo malo: recortar la plantilla es un **** coñazo y te dejas los dedos. Se podría hacer la plantilla con un material menos duro que el acetato (cuidado!, hay acetatos de distintos gramajes), aunque a mí siempre me han dado problemas: o se arrugaban o enrollaban con la tinta...

En fin, esto es todo. ¡¡¡Esperamos ver vuestras obras de arte!!!

Y para acabar un poco de autobombo: todo aquel iluso -lo digo por el cartel- que vaya este año al Contempopranea verá en el mercadillo un tenderete con dos chicas muy guapas y majas, acompañadas por un mozalbete alto y apuesto que se hacen llamar Tintaplana. Bien. Pues vayan corriendo y cómprenles una (o varias) camisetas. Su imagen y la de sus amigos se lo agradecerá. Y nosotros, más. ;D