Concierto de Phoenix: ¡cañita brava!

Hacía muchísimo tiempo que no iba a un concierto, pero mucho, mucho, mucho. Siempre me da un poquito de pereza. De hecho, creo que el último fue el de Bloc Party en noviembre. ¡Ya ha llovido! Pues el martes tuve la suerte de disfrutar de uno de mis grupos favoritos en directo: Phoenix. Presentaban en la Sala Heineken su último disco, It's never been like that, que es una auténtica maravilla, y allá que fuimos Meri, Rafa, Helen, Héctor, Sofi y yo.

Todos ellos habían escuchado poco o nada de estos francesitos, así que estaba un poco preocupado por su reacción. Afortunadamente, los cinco salieron encantados: ¡y eso que sus gustos musicales no pueden ser más dispares! Todos disfrutaron mucho y me pidieron que les grabara algo de ellos. ¡Misión cumplida! Y yo, tan contento.

Y es que el concierto fue toda una demostración de energía. Tocaron casi todas las canciones de su nuevo disco, centrándose sobre todo en éste, y optando por las más rítmicas. De sus anteriores trabajos eligieron las más conocidas (los singles): Everything is Everything, Run Run Run y la aburrida I Am an Actor (Alphabetical), y las fantásticas If I ever feel better y Too young de su primer disco, United. Desecharon, por tanto, algunos temas más íntimos como Love for Granted o Holdin' on Together, lo que benefició al desarrollo del concierto, por ritmo y diversión, aunque a mí me dio un poco de pena no escuchar canciones tan bonitas en vivo.

En fin, salvo el momento, como diría Meri, gangrena de I Am an Actor, y algún que otro solo de guitarra rancio estilo Bon Jovi en sus peores tiempos, la actuación fue en todo momento vibrante y ágil, los instrumentos sonaron muy bien y Thomas Mars convenció a todos con su magnetismo y pose en el escenario, así como con su increíble voz. El resto de la banda también llamó la atención por distintos motivos: lo feos que son los guitarristas, los pantalones del jipi del batería -que tocaba fenomenal- o el sexappeal del bajista. Phoenix, en definitiva, consiguió conectar con el público, que poco a poco se fue entregando, gracias a las canciones, el sonido y los gestos de complicidad de Mars (bajó al escenario y todo!!).

Napoleon Says abrió la terna demostrando su enorme efectividad pop, y le siguieron, alternándose con los temas mencionados de los discos anteriores, Rally, Consolation Prizes, Sometimes In The Fall, Courtesy Laughs y el jitazo Long Distance Call. Eché de menos One Time Too Many y, sobre todo, Lost And Found. Si no me equivoco, no tocaron ninguna de las dos, pero bueno, la cosa iba de ritmo, de guitarras y percusión, de mucha energía y nervio... así que igual las descartaron por no ajustarse al concepto del día: cañita brava.

Y como la cosa iba de cañas, celebramos el fin de fiesta como no podía ser de otra forma: tomándonos una caña en un bar cercano.

Larga vida a Phoenix!