Los sin nombre

El otro día, iba yo con mi sobrina a la exposición esa de los faraones que se hizo en Madrid y aparte de las interminables colas, el calor asfixiante y unos niveles de polen en el ambiente que hacían insoportables las colas entre estornudo y estornudo, me llamó la atención una cosa. El nombre de una niña, la criatura en cuestión había sido bautizada, o mejor dicho mortificada, con el nombre de Némesis. Yo evidentemente, cuando oí el nombre pensé que se referían a algún artilugio del merchandising de la exposición, a saber, un videojuego sobre como torturar a los esclavos que construían los templos o algo así. Pero no, era el nombre de la pobre criatura.

Entonces yo me pregunté que se les pudo pasar por la cabeza a sus padres, a la hora de llamar a su hija de esa forma. ¿Quizás esto?



¿O quizás esto otro?




Como no creo que la pobre niña fuera así, he estado haciendo mis pesquisas por Internet para averiguar más sobre la diosa griega y he encontrado esto otro. Pero la verdad es que tampoco me ha aclarado mucho la situación. Acaso, no se han planteado sus padres la irresponsabilidad que han cometido. Imagínense, situaciones diarias y poco comprometidas. Pongamos un par de ejemplos: - “Némesis a cenar” coincidirán conmigo que da mal rollo y que al final uno no sabe si va a terminar siendo el aperitivo de la susodicha o la cría se va a liar a destrozar todo.

Otro caso:

- “Nemesis ¿me acercas el café?” el resultado está claro…fijo que te lo echa a la cara

Pues eso, que estoy abierto a posibles conjeturas, de lo que les llevo a sus padres a elegir ese nombre. ¿Se les ocurre alguna?